domingo, 26 de septiembre de 2010

Búsqueda del viaje perfecto a Zhouzhuang

Al día siguiente nos levantamos pronto, nos esperaba un duro día en el cuál pretendíamos ir a un pequeño pueblecito cercano a Shanghai, cuyo nombre es Zhouzhuang. Nos habían hablado de éste pueblecito, y además lo vimos en un folleto que trajo Pedro, por lo que nos decidimos por ir, fue uno de los sitios que más me encantó a mi... el encanto que tenían los canales y puentes era increíble.

Tras madrugar y desayunar un zumito de naranja
con una pajita retorcida y despertar a nuestros compañeros de habitación con el ruido, nos dirigimos al estadio olímpico, lugar del que salían los autobuses aparentemente en dirección a Zhouzhuang. Fue difícil encontrar un autobús para ir a Zhouzhuang, en gran parte debido a que no entendíamos a NADIE, por lo que tras mucho buscar, encontramos un hotel, el cual nos dijeron de dónde podríamos coger autobuses en dirección a Zhouzhuang. Los autobuses eran turísticos, pero era un autobús normal, con un horario, del cual tuvimos suerte porque cogimos el último.

Antes de coger este autobús, nos dimos cuenta que los chinos hacen lo posible por timarte, nos querían llevar a Zhouzhuang en una furgoneta, tipo taxi pirata, por 500RMB, se lo intentamos bajar a 200RMB, con lo que se indignaban... y tras ver en las taquillas que nos costaba 150RMB por persona, finalmente decidimos no jugarnosla e ir en un autobus oficial, del cual sabíamos que nos esperaría. ¡¡Fue la mejor idea que tuvimos ese día!!

Antes de salir tuvimos un tiempo en el que dar una vuelta y comprar algo para comer, tras dar una vuelta por nuestro primer supermercado chino, yo compré unas patatas de Kiwi, luego una hoja de algo con un trozo de pasta de arroz con algo dentro... estaba rico, la verdad, a pesar de no saber qué era ni cuál elegí de todos... y Jesús compró por 10RMB un kilo de cacahuetes cocidos o al vapor... estaban también bastante ricos.

Lo siguiente en nuestro plan fue coger el autobús... y aún no sabemos cómo es posible que llegásemos. Lo primero fue ver las marchas del autobús, ¡¡la palanca estaba al revés!!









Lo siguiente fue ver cómo los adelantamientos por el arcen existen y son normales....

Tras una hora de viaje adelantando por arcenes y a 120km/h en un autobús chino... llegamos a nuestro destino: ¡¡ZHOUZHUANG!!